Las nuevas tecnologías sirven para comunicarse, informarse, perder tiempo y cabrearse intentando dominarlas, sirven para emocionarse y promocionarse, para protestar y reivindicar y, seguramente, para muchas cosas más, entre ellas, atrapar a un ladrón.
Hartas ya de que Nelo alce sus patas hasta la repisa de la cocina en cuanto se queda solo en casa, hemos usado la video-conferencia para atraparlo y ha funcionado. Pusimos un reclamo en la repisa (latita de gato), colocamos una tablet enfocada hacia ella, conectamos FaceTime y nos llevamos la otra tablet, también conectada, claro, para ver lo que ocurría. Nos despedimos del Quillo como si nada, salimos de casa como es habitual, nos metimos en el coche y esperamos. No tuvieron que pasar ni dos minutos para que la pantalla nos mostrara al delincuente en plena acción: patitas sobre la repisa y morro husmeaste siguiendo el rastro de la lata. Yo grité desde el coche y vimos que le llegaba el sonido a través de los altavoces, pero —tonto como es, el pobre—, solo se le ocurrió mirar a ver qué pasaba en aquella especie de tele miniatura. Su trufita negra se pegó a la pantalla líquida y apareció en la nuestra en un primerísimo primer plano que hasta daba miedo. Visto que la voz, tamizada por la electrónica, no surtía efecto, salí del coche como una exhalación, entré en casa y lo pillé infraganti.
Es una idea, por si tenéis en casa ladrones de cuatro patas.
La frase del día: Permuto perla por conversación.
Una ostra
No hay comentarios:
Publicar un comentario